martes, 5 de febrero de 2008

"Cómo enfrentar una situación límite"



El título de esta entrada pertenece a un artículo que leí en un arevista, el cual a mi juicio esta bastante bueno.
En la vida experimentamos un sin número de situaciones límites, las cuales debemos saber enfrentar. A medida que nos vamos desarrollando en nuestro ciclo vital, también van surgiendo conflictos y crisis que toman un aspecto cada vez más complejos, dependiendo de la etapa en que estemos, Sin duda, estas crisis se hacen más agudoas cuando vemos que no sólo somos afectados nosotros mismos, sino también nuestro entorno familiar.

La experiencia límite que conlleva el experimentar una "crisis vital", definida como el cambio o pérdida de una estructura previa, ocurrida como parte del ciclo de vida o por hechos fortuitos que cambian bruscamente algo ya establecido, podrían llegar a originar verdaderas reacciones desadaptativas en la persona.

Asimismo, es importante reconocer que ante la presencia de una "crisis vital", al igual como ocurre en la experiencia de un duelo, es posible identificar distintas fases en que nuestro organismo expresa su malestar por la vivencia de la situación emocional, somático, cognitivo y motivacional.

Dentro de las etapas se pueden apreciar:
1. FASE DE "SHOCK", caracterisada por aturdimiento, perplejidad, nudo en la garganta, suspiros, vacío en el estómago, sentido de irrealidad, negación y desconfianza. Esta etapa puede durar unos minutos o unos días.

2. FASE DE PREOCUPACIÓN, caracterizada por rabia, tristeza, insmonio, anorexia, debilidad agotamiento, culpabilidad, sueño, displacer e introversión.

3. FASE DE RESOLUCIÓN, la persona puede recordar el pasado con placer, recupera el interés por las actividades, establece nuevas relaciones, saca provecho y aprende de loq eu experimentó y le tocó vivir.

Se ha observado que la ocurrencia de estas fases no necesariamente es en forma lineal.

Es necesario mencionar que en algunas oportunidades la adaptación a una crisis vital, se hace mucho más confusa, debido a ciertas características personales del individuo, o a la presencia de experiencias previas muy complicadas, haciendo necesario recurir a la ayuda profecional.

Se concidera necesario estar atento a la permanencia prolongada de ciertos síntomas en una situación de crisis vital, tales como:

a) Aumento de consumo de psicofármacos, alcohol y cigarrillos para evadir la situación.
b) Aparición de crisis de angustia, fobias y pánico, nunca antes ocurridas.
c) Aparición de pensamientos negativos y obsesivos.

Podríamos decir que , la sabiduría y naturaleza del hombre no tienen límites, ejemplo de ello es observar como las quejas y demandas experimentadas ante una crisis vital, decantan naturalmente hasta llegar a la resolución, siendo una vez mas el tiempo quien colabora en curar las heridas y hacer que la crisis vital no pase a ser mas que un recuerdo e instancia de aprendizaje.

Bueno, este era el artículo mencionado al principio. Vemos que hay fases que nos pueden ayudar a identificar en que etapa nos encontramos cuando enfrentamos problemas, lo cual nos permite poner atajo muchas veces a dichos estados o simplemente dejar fluir todo y dar lugar al trabajo que realiza el tiempo.

Lo que más me llamó la atención, aun cuando ya lo sabía, es que una vez más es el tiempo quién cura todo...el tiempo es el remedio para todo mal, sobre todo a nivel sentimental o emocional. Es por eso que debemos saber utilizar dicho tiempo para sacar la mayor cantidad de enseñanzas posibles de cada situación que vivamos. Esto, a mi parecer, no es tan fácil como suena, ya que como se vé en el artículo pasamos por etapas muy duras al enfrentar sificultades, sin embargo, el tener presente que no debemos darnos el lujo de perder la oportunidad que se nos da para crecer y madurar, puede contribuir a que estemos más alertas al momento de rescatar las moralejas de cada asunto.

Por lo tanto queridos lectores, aprovechemos cada minuto de nuestras vidas no solo para aprender durante el camino recorrido, sino también para vivir y disfrutar cada segundo de vida, ya que como dice una canción, "...al volver la vista atrás se ve la senda que nunca más se ha de volver a pisar".